Querido Umpa Lumpa,
La verdad es que cada vez que escribo una de estas cartas te tienen que pitar los oídos pero bien. Sin embargo de poco me puedo quejar ahora mismo. Y es que Umpitas, otra cosa no, pero en los viajes te portas tan tan bien que me entran ganas de comer Umpa Lumpa a besos.
Viajar contigo es toda una experiencia. Todo comienza con la cordial amistad con nuestro querido amigo Renfe y sus enormes facilidades para poder viajar con un Umpa Lumpa a cuestas y se desarrolla de la siguiente manera:
-Una maleta no muy llena (raro, raro, raro)
-Una mochila con ordenador de a bordo, libros, y poquita cosa más
-Un Umpa Lumpa enjaulado
Viaje propiamente dicho:
Viaje propiamente dicho:
La gente nos mira. ¿Llevaré la ropa sucia? ¿Se me habrá desabrochado el pantalón? Ah no... tú siempre eres el protagonista en estas historias. Miran tu jaula. Comienzo a temblar. ¿Se darán cuenta de que no eres un gato? ¿Me echarán del tren por ese motivo? Miro para otro lado esquivando las miradas que suplican que muestre a mi Umpa Lumpa al público. ¡JA! Lo llevan clarito. Eres menor de edad y mientras que estés bajo mi custodia no quiero público a tu alrededor.
Llegamos al andén. Subo la maleta. Subo la mochila, Te subo. Todo bajo la atenta mirada de una empleada de Renfe a la puerta del vagón que ni nos saluda ni mucho menos se ofrece a ayudarnos un pelín (claro, 180 euros no es suficiente para ese tipo de servicios) Vamos, Umpitas, que tú lo viste igual de bien que yo...
Busco el asiento. Mierda, compartido. Hago levantarse al hombre (que tampoco nos saluda), te coloco en el suelo. Me coloco en mi grotesca postura made in Renfe. Antes de que empiece a andar el tren el hombre se va de nuestro lado (sin decir nada, pero con cara de gárgola en un día de lluvia). Olfateo mi sobaquera en busca de posibles motivos (olor a desodorante de mercadona..., estaba recién duchadita) y tú siempre vas mucho más aseado que yo.
Billete de Umpa Lumpa |
Entre unas cosas y otras estuviste 6 horas metidito en la terrible jaula con la única compañía de tu Papá Noel sin ojos y la bufandita apolillada por tus fauces de tigre de Bengala.
Llegada a casa:
Somos recibidos por la Malaúva (Bufidos, gruñidos y malos modos, como corresponde a una simple felina ante la visita de un señorón y pacífico Umpa Lumpa- porque a todo esto no dijiste ni MRRRRIIII, ni MMRRUUU ni Miau, ni Ffff en todo el viaje-) Ya te comentaré en otra carta acerca de la Malaúva...
Conclusiones:
-Viajar contigo es una delicia (salvo porque eres mi ruina)
-Estamos en la casita de la sierra hasta el domingo. Pasando la feria de abril en mayo y lejos del arrikitaun, el rebujito y los trajes de flamenca. Supongo que esto explica el carácter huidizo y tristón que llevas sobre tu disfraz los últimos días. Y es que... se te saca de tu tierra y no eres nadie, querido Umpa Lumpitas.
Dulces caricias
Todo un héroe, seis horas en un tren dentro de una jaula. ¡Solo un Umpa Lumpa podría soportarlo! ¿Y qué fue del señor? ¿No volvió?
ResponderEliminarVolvió en una de las paradas en las que subió mucha gente. Pero en cuanto vio un asiento libre se volvió a ir (es decir, permaneció a mi lado en total no más de un minuto). En ningún momento osó decirme nada... jeje pero con su cara podría haber escrito la Biblia... jaja
ResponderEliminar¿Sabes que en estos momentos toda la clase debería estar leyendo Crónica de una muerte anunciada?
ResponderEliminarParece mentira que casi estemos puerta con puerta y todavía no nos hayamos visto. La que sí que te vio fue Black Maiden en la obra de teatro del Andrés Laguna que hubo el lunes, que estabas al lado de tu padre. A él le saludó, y me preguntó que cómo eras, y coincidía con lo que ella había visto. A ver si este sábado, que creo vendrá a estudiar mates, os podéis conocer.
joolinn primita eto es muyyy chulo¡¡¡
ResponderEliminar¿¡sabes q lo haces muy bien?¡esta genial.
solo tu podrias habrir un blog para dedicarselo a umpalumpa,eres la leche¡¡¡
un beso,y sigue asi¡¡¡
Entiendo perfectamente tus quejas respecto al señor de Renfe, mi pobre felina también ha pasado por esa experiencia alguna vez (al igual que mi bolsillo). Por eso, siempre que puedo voy con el señor de Iberia (no es mucho más amable, la verdad, pero tarda menos y también cobra menos por viajar con bicho incorporado).
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