sábado, 28 de mayo de 2011

El retorno del Umpa...

Querido Umpa Lumpa,


Tengo un montón de cosas que contarte (y algunas importantísimas), pero tengo una pereza encima... que hoy te escribo por escribir.


Y sí, supongo que te habrás dado cuenta de que he vuelto. El viaje de regreso no fue menos accidentado que el de ida,  pero al menos no era de noche.
También supongo que te habrás dado cuenta de que hemos dejado atrás el exilio... y aunque aún nos arriesgamos a una visita sorpresa del súper-casero, nosotros somos los súper-valientes y en el 4ºA ya está diseñado el protocolo de actuación frente a la emergencia:


Yo- te meto en el transportín y salgo pintando a casa de ricitos de oro (o a dar vueltas por la calle, si ricitos de oro no está)
R.- Coloca una mantita al sillón que convertiste en pura vanguardia y lleva la silla llena de pelos de disfraz de gato a mi cuarto.
L. y E.- Animan, aplauden y comentan la exitosa jugada en facebook (aunque parezca que no, esto es importante...)


Ays, Umpitas. Yo querría hacer un simulacro para asegurarme de que todo ha quedado claro, pero si no, cuando llegue el momento y todo acabe siendo un desastre mitocondrial, no va a tener la misma gracia...


Y es que Umpitas, aunque aparentas estar tranquilito y achaparraíto por el calor, sigues dejando tu puntillita, para que nadie se olvide de ti. Lo que voy a decir, puede levantar ampollas en el 4ºA, pero oye, es una teoría bien cierta y sólo tú podrías confirmarla (si alguna vez te decides a contestar alguna carta...)
-A R. le tienes miedo (cosa que no es de extrañar... ¿quién no teme a R.?)
-L. intenta acercarse a ti... incluso en tu más tierna infancia te ofreció más de una vez su cuarto como refugio para que no estuvieses solito. Pero no sé, parece que hay algo en ella que te hace desconfiar... y nosotros que pensábamos que sería un comodín. 
Umpa Lumpa con E. En su más tierna infancia
- Mi gran teoría es que E., en el fondo, es tu prefe. Aunque tu amnesia retrógrada te impida recordarlo, más de una vez te has tumbado espontáneamente a su lado. Y si no fuera porque una vez le aplicaste una técnica de Kung-Fu en la cabeza, invadiste su cama, le robaste parte del abrigo cogiéndolo directamente de su armario, etc etc... creo que  tu amor quizás habría sido correspondido.


Y aunque el tiempo lo curaría todo , tú no lo desaprovechas, no señorito. Y el otro día, en una de estas que E. se acerca inocentemente (inconsciente de ella) a mi escritorio... desde tu escondite ninja, alargaste tu patita suavente, sacaste tus afiladísimas garras y en un toque suave e invisible, pero mortal: ZAS, agujeraco en la media... echándola a perder para siempre.


Total, Umpitas, que voy a tener que abrir un fondo de ayuda a los damnificados de tus desastres mitocondriales. Sí sí... tú riéte... Verás el día en que te nominemos para abandonar la casa. Igual entonces no te lo pasas tan bien, ¿eh?


En fin, Umpitas, me despido rápido y mal. En la fábrica de hipocondriacos nos van a dar las "vacaciones" esas tan divertidas en las que nos mandan leer y leer documentos para luego hacernos estúpidas pruebas humillantes. Y con este calor que hace en tu tierra, miarma, ni dormir es sencillo.


Dulces y sudorosas caricias

sábado, 21 de mayo de 2011

Desde la distancia

Querido Umpa Lumpa,

Estamos separados por más de 500 km e imagino que lo estarás pasado fatal sin mí (o eso espero, ya que todas las tutoras legales de especímenes humanos y Umpa Lumpas del mundo desean que a sus retoños les vaya fatal mientras están separados, y yo no voy a ser menos)

Las noticias de parte del enanito de dos metros llegan con cuentagotas, y no son muy... alentadoras. Vamos, que estás programado en modo Umpa Lumpa:

-Vaya nochecita que ha dado... (luego hay quien cree que soy yo la que se queja de vicio)
-¡Qué tío más mierda! (sí... siempre te ha llamado tiomierda)
-No ha parado de maullar (yo diría aullar, porque cuando te pones en ese plan temo seriamente que algún vecino llame a los del Seprona porque ha oído lobos...)
-Bueno me voy a dormir, porque alguien no me ha dejado descansar esta noche... (así como quien no quiere la cosa)

En fin, yo ya no sé para qué digo nada... Vale, que sí, que la casa de los progenitores del enanito de dos metros no se puede decir que sea puro orden y exquisita limpieza. Pero tampoco es necesario que si estás de invitado te pongas a decorar  el estor y las mosquiteras (vamos, el tipo de decoración que te gusta: venga a trepar y trepar... y a ver quién es el listo que te baja, ¡JA!)

Y es que, Umpitas, aunque nadie me crea, me das cada disgusto, que ni dos crías de espécimen humano juntas.

En cualquier caso, hoy trataré de ser breve. La reprimenda ya te la echaré cuando vuelva. Aunque ya no sé para qué. Qué desesperadita me dejas, cariño...

Pues eso, que vine antes de ayer y me voy mañana, así que ya no queda nada.
Si te da por preguntar que cómo ha ido el viaje, te diré que mal. Mira que yo no soy pijilla ni nada por el estilo, pero desde que te tengo a mi cargo, los viajes habían sido a costa de nuestro amigo Renfe. Porque alguien de tu calaña, cómo va a ir en autobús... estaría bueno que un Umpa Lumpa de origen noble tuviera que rebajarse a esas situaciones... ¡¡Ni hablar!!
Y claro, volver a las andadas del bus y encima de noche... muy bien no podía salir.

Resulta que al lado me tocó una muchacha con el pelo teñido en un rojo que brillaba en la oscuridad y sujeto con una pinza de las de peluquería. Puedes imaginarte. El reflejo radiactivo de su cabellera no era de lo mejorcito para conciliar el sueño. Como tampoco lo era que se llevase medio viaje limándose las uñas. Yo temí seriamente por su vida, Umpitas... imaginaba la lima penetrando con insistencia en su lecho ungueal y provocándole una infección que pa qué te voy a contar. De ahí a una sepsis, no hay nada.

Claro, que la muchacha del pelo rojo no fue lo peor... no señorito. Aunque confirma mi teoría de que a mi lado nunca se pone nadie medianamente normal.
Resulta que detrás iba un hombre que decidió ponerle música al viaje en forma de tosidos arrítmicos. Que yo te digo una cosa, por mí podía haber estado tosiendo todo el viaje, porque era escrupulosamente puntual. Justo cuando me asomaba al sueño no REM, venga a toser... Y se callaba durante media hora. Lo cual levantaba en mí las falsas esperanzas de poder volver a entrar en trance. Pero no, imposible. 
Yo ya me imaginaba miles de millones de viriones (o en el peor de los casos mycobacterium tuberculosis) viajando hasta estamparse en mi nuca, para llevarlos de adorno por todo el país. Lo que me faltaba ya...

Eso sí, todo hay que decirlo. La gente que viaja en bus, es mucho más simpática que los pija-trenes. La humildad, Umpa, que hace milagros.

Afortunadamente, llegué viva a mi destino y de momento asintomática. Y con cara de haber pasado una noche estupenda me presenté en frente del tipo que lleva años con el título de hipocondríaco. Que nada, que bien, que vuelva en tres meses y con cara de menos sueño, que si no el Book va a salir de pena...

Pues eso es todo...

La Malaúva muy bien. Sin tu presencia parece menos Malaúva.

Aysss Umpitas... aunque unas minivacaciones sin ti no le vienen mal a nadie, se podría decir que te echo de menos y todo.

Dulces caricias

PD: Ayer, ricitos de bronce fue la primera en darme una noticia que puede cambiar el rumbo de nuestras vidas... sí Umpitas. Quedarán para siempre grabadas en mi retina sus palabras:
Pastora (cosas suyas) 65 peticiones. Entramos. Tiempo al tiempo, Umpa. Te informaré cuando sea oficial. Pero hemos de agradecer la presencia gratuita de nuestras corresponsales, ahí donde se cuecen las noticias...


lunes, 16 de mayo de 2011

Carta desde el EXILIO II y los sueños de libertad...

Querido Umpa Lumpa,

No desfallezcas.  Sí, continuamos en el exilio, pero bueno, tampoco estamos tan mal... ¿o sí?

Umpa Lumpa en su exilio carcelario
Y es que, Umpitas, en el 4ºA se han solucionado ya algunos de los desperfectos más notables (como lo de la pseudoinundación de la cocina o el enchufe enseñando cables por doquier), pero la persiana sigue bien abajito, proporcionando ese aspecto pintoresco de dejadez. De manera que aunque es perfectamente habitable, la amenaza de la inminente llegada del súper-casero se siente en el ambiente.

Y vaya si se siente, queridísimo Umpa... La mayoría de las noches sueño con que el súper-casero (o el hijo del súper-casero) llega sin avisar y nos pilla in fraganti a ti y a mí. En ese momento se hacen visibles todos los desastres mitocondriales que has provocado en el 4ºA:
-destrozo de la tapicería del sillón azul, laberintos internos en el sillón beige, misteriosa ausencia de parte de la decoración, cortinas... mmm cortinas... no sé cómo definirlas...

Y siempre acaba con un despertar aliviado cuando abro los ojos y veo nuestro zulo, aquí en el exilio...

Claro, que no me puedo desahogar fácilmente con tanta pesadilla. El enanito de dos metros se ha negado en rotundo a que le cuente un solo sueño más. Todo esto después de que este fin de semana soñase con que me casaba con un enanito de metro y medio que a veces se convertía en chica y que tenía más aspecto de pin y pon que de espécimen humano. Y yo no paraba de presumir ante todos los invitados de que el vestido de novia me había costado menos de 20 euros (y no me extraña, porque parecía más bien un pijama del carrefour) Eso sí, las alianzas preciosas...
La noche siguiente, soñé que un conocido grupo terrorista me perseguía por toda la fábrica de hipocondríacos para secuestrarme y matarme. Como no podía ser de otra manera, llegaron hasta mí y mataron a un policía que era mi escolta y yo lo cogía por el pescuezo para usarlo como escudo humano. Un show Umpitas...

Ays, Umpa Lumpitas, tú también estás muy perjudicado con esto del exilio. No paras de emitir pseudomaullidos hasta la afonía, echas de menos la extraña libertad del 4ºA  y produces cacalate a un ritmo envidiable. 

Consolando a un Umpa Lumpa exiliado
Y es que, Umpa, aunque nos traten genial en el exilio, echamos de menos nuestro territorio con nuestros peculiares cohabitantes especímenes. Hoy ha sido el cumpleaños de espécimen L. ¿te acuerdas de ella? En el 4ºA yo diría que te echan de más... vamos que está clarísimo que sin tin viven mucho mejor (cosa que, por otra parte, no me sorprende)


Por cierto, el miércoles me voy a ver al tipo que tiene el título de hipocondríaco desde hace años y a su ejército de vampiresas. Sé bien que me tiene un gran aprecio porque le mandé de recuerdo todos esos tubitos de sangre que a él le hacían tanta ilusión. Y, ¿sabes qué?. Dice que me tiene que hacer más fotos. Vamos, a este paso, me monta un Book que te va a encantar si alguna vez lo ves... Así que le cedo temporalmente tu custodia al enanito de dos metros. Y no me vengas con lloriqueos, que no se porta tan mal contigo.


Sí... en el exilio una semana más... Soñando cada día con una libertad, que aunque cruda, es nuestra libertad. Pasaremos a la Historia, Umpitas, ese tiene que ser nuestro eterno consuelo...


Dulces caricias



PD: Vale, ya sé que las foto no son de lo mejorcísimo, pero como comprenderás, no dispongo de otros medios en el exilio y refleja la realidad de nuestra vida en el zulo.

martes, 10 de mayo de 2011

Carta desde el EXILIO...

Querido Umpa Lumpa,

Lamento mucho la situación por la que te estoy haciendo pasar... pero créeme, si no fuese por ti, no habría tenido que recurrir a ello. Y es que, Umpitas, ningún país debería de regodearse en las diásporas causadas por el yugo de la esclavitud o la persecución. Quizás un día se hable de nosotros como se habla ahora del pueblo judío o de Rafael Alberti.

Ayss, Umpa Lumpa de mi corazón. Esto se veía venir, tenía que pasar...

Resulta, Umpa, que nuestra dulce morada es digna de ocupar la programación de cualquier cadena de televisión. Entre el vecino de arriba, que sería el perfecto candidato de Hermano Mayor  y que el 4ºA podría participar sin ningún tipo de miramientos en Esta casa es una ruina... estamos buenos.


Umpa Lumpa
Hasta ahora habíamos soportado los atascos en los lavabos, las luces fundidas del cuarto de baño, la persiana caída del salón, el enchufe salido, ... Vale, con esto podíamos sobrevivir 4 meses más si hiciera falta (recuerda que las especímenes humanas que habitamos la casa no somos más que simples trabajadoras de fábricas que podemos vivir en condiciones extremas ¡JA!). 
Pero... la cocina ha estado a punto de estallar. El agua saliéndose a chorros, los fregaderos llenándose de agua sin motivo aparente, vamos que el enanito de dos metros con su extraña insistencia y preocupación en situaciones de riesgo creo que quería que llamase a los bomberos o algo así (con los antecedentes que tengo con los bomberos, no creo que me quieran ver más el pelo... pero esto da para una o dos cartas). 

Sin embargo, Umpitas, yo no me achico en absoluto ante este tipo de situaciones y con absoluta sobriedad he contactado con la única solución. El único (redoble de tambores), el inigualable (más redobles), el... super-casero del 4ºA.

El gran inconveniente de esto, es que los antecedentes con el casero no podían llevarnos más que al exilio. Imagínate Umpitas, en pocas horas hubo que quitar cortinas y meterlas en la lavadora, colocar una mantita sobre el sillón que tienes desgarrado, retirar de la vista la silla que tienes petadita de pelos del disfraz (con ayuda de la espécimen R., que está en todo) y tú y yo... desaparecidos. De película de Hollywood, vamos.


¿El lugar? Los dos lo conocemos, pero no sería conveniente hacerlo público con el grave peligro que corremos. ¿Durante cuánto tiempo? No lo podemos saber, Umpa... Cuanto más tiempo estemos, más probabilidades de ser famosos en el mundo entero, así que... tenemos que ser fuertes ¿vale?. 

Ahora te toca comer de un cuenquito profundo. No dio tiempo a recoger tus cosas. 
Por mi parte, tengo que ir a trabajar a la fábrica de hipocondríacos que ha pasado de estar a 5 minutos de nuestro hogar dulce hogar a más de 30 minutos desde nuestro exilio. Y todo esto en una semana en la que en fábrica de hipocondríacos, llenita de cabezas pensantes, nos han puesto a trabajar mañana y tarde (para rematar la faena).


Mientras la situación no vaya a mejor, seguiré escribiéndote desde éste nuestro zulo.


Dulces caricias


PD: Perdona por la foto, Umpitas, pero con las prisas no hemos podido coger nada, y sólo tenía esta foto de cuando eras un bebé de Umpa Lumpa...


viernes, 6 de mayo de 2011

Conviviendo con la Malaúva

 Querido Umpa Lumpa,

Se nos están terminando las vacaciones en la casita de la sierra. Sí sí, así como quien no quiere la cosa. Yo todavía no he terminado de deshacer la maleta y resulta que en nada volvemos a estar en compañía de nuestro gran amigo Renfe. En la fábrica de hipocondríacos han dicho que se acabó el cachondeíto y que hay que ponerse a trabajar que ya mismito entramos en temporada alta y toca leer  documentos y documentos para de mayores ser unos hipocondríacos como está mandado.



Intento de amistad con la Malaúva en Navidad
Lo cierto, Umpitas, es que te has mostrado tan esquivo y con tantos aires de nostalgia por haberte perdido la feria que no puedo decir mucho de ti. Tan solo que eres un individuo de costumbres fijas, así que si tienes que tumbarte en lavabo ajeno, pues por qué no, oye. Si tienes que quitar las chinchetas del corcho, pues qué más dará. Si tienes que comerte la comida de la Malaúva y beber del agua de la pobre cánida, pues mira, qué le vamos a hacer.

Bueno, lo de qué le vamos a hacer lo piensas tú, porque a la Malaúva digamos que no le hace ni pizca de gracia tu presencia. Y es que, Umpa Lumpa, de ella tenía yo que hablarte.

Aunque después de todas estas cartas te cueste creerlo, resulta que siempre he sido un poco fanática de los estúpidos felinos. Lo sabe todo el mundo, lo he ido demostrando desde mi más tierna e inocente infancia. Me avergüenzo de mis recuerdos ancestrales, de cómo cuando se nos preguntó en primaria cómo nos gustaría vivir en el futuro yo respondí que en una casa grande con al menos 100 felinos simplones. Me humillo a mí misma cada vez que me pongo a ver mis cuadernos. Todos los cuentos iban de gatos, en todos los dibujos salía un gato. Esto ha traído importantes consecuencias en mi desarrollo artístico... ponme a mí a dibujar un cánido, que voy lista...


La cuestión es que hará unos cuatro años que adquirimos a la Malaúva por el módico precio de robársela al vecino. Ya sabes Umpitas, estos gatos son unos auténticos interesados. Si en un sitio además de comida les dan calefacción pues no tienen reparos en ser unos infieles de libro. Y así fue como la Malaúva nos escogió a nosotros. Entonces hicimos que desovara y además vomitó 3 helmintos que la parasitaban y se transformó en una bola con patas, que es lo que actualmente ves tú.
La Malaúva con cara de mala uva
Si te lo preguntas, sí... siempre ha sido un poco Malaúva, aunque antes de que tú llegases era conocida como Gréis. Y es que, Umpa Lumpa, es cierto que eres más bien tirando a pesadito, pero la Malaúva no mira con buenos ojos ninguna de las carantoñas que le dedicas. Intentas ser amable con ella y respetar cariñosamente su territorio, pero ella no da su barriga a torcer. Te dedica la peor mirada que le sale, emite un gruñido feroz, y un Ffffff. Pero como tú eres un Umpa Lumpa andaluz, no entiendes lo que te dice, así que te lo tomas como si fueran enormes elogios y persistes en busca de una amistad que tardará en llegar... o nunca existirá.


Te guste o no, la Malaúva es mi primogénita y tengo que hacerle un poco de caso con el ataque de celos que le ha entrado... Pasa que desde que estás aquí a mí tampoco quiere verme ni en pintura.


Ni que decir tiene que a veces me das hasta penilla... Después de tantos kilómetros tener este tipo de recibimientos, no mola. Claro que en cuanto me acuerdo de las cortinas del 4ºA, créeme que lejos de darme lástima, la que empieza a mirarte con malos ojos soy yo.


Intentaré grabar en vídeo vuestra peculiar relación, pero no te prometo nada.


Dulces caricias


PD: Cuando lleguemos a casa tenemos que ser sumamente amables con Enriquita y ricitos de oro, que no atraviesan sus mejores momentos en esta nuestra tierra.

lunes, 2 de mayo de 2011

Crónica de un viaje anunciado


Querido Umpa Lumpa,

La verdad es que cada vez que escribo una de estas cartas te tienen que pitar los oídos pero bien. Sin embargo de poco me puedo quejar ahora mismo. Y es que Umpitas, otra cosa no, pero en los viajes te portas tan tan bien que me entran ganas de comer Umpa Lumpa a besos.

Viajar contigo es toda una experiencia. Todo comienza con la cordial amistad con nuestro querido amigo Renfe y sus enormes facilidades para poder viajar con un Umpa Lumpa a cuestas y se desarrolla de la siguiente manera:

Umpa Lumpa en posición de pacificador
Equipaje: 
-Una maleta no muy llena (raro, raro, raro)
-Una mochila con ordenador de a bordo, libros, y poquita cosa más
-Un Umpa Lumpa enjaulado

Viaje propiamente dicho:
La gente nos mira. ¿Llevaré la ropa sucia? ¿Se me habrá desabrochado el pantalón? Ah no... tú siempre eres el protagonista en estas historias. Miran tu jaula. Comienzo a temblar. ¿Se darán cuenta de que no eres un gato? ¿Me echarán del tren por ese motivo? Miro para otro lado esquivando las miradas que suplican que muestre a mi Umpa Lumpa al público. ¡JA! Lo llevan clarito. Eres menor de edad y mientras que estés bajo mi custodia no quiero público a tu alrededor.

Llegamos al andén. Subo la maleta. Subo la mochila, Te subo. Todo bajo la atenta mirada de una empleada de Renfe a la puerta del vagón que ni nos saluda ni mucho menos se ofrece a ayudarnos un pelín (claro, 180 euros no es suficiente para ese tipo de servicios) Vamos, Umpitas, que tú lo viste igual de bien que yo...


Busco el asiento. Mierda, compartido. Hago levantarse al hombre (que tampoco nos saluda), te coloco en el suelo. Me coloco en mi grotesca postura made in Renfe. Antes de que empiece a andar el tren el hombre se va de nuestro lado (sin decir nada, pero con cara de gárgola en un día de lluvia). Olfateo mi sobaquera en busca de posibles motivos (olor a desodorante de mercadona..., estaba recién duchadita) y tú siempre vas mucho más aseado que yo.
Billete de Umpa Lumpa
Lo siento Umpitas, pero yo ahí no tengo por qué pedir disculpas a nadie. Creo que los más de 40 euros que cuesta tu billete merecen que puedas disfrutar por lo menos de medio metro cuadrado de AVE. (Detalle de tu billete a la derecha. Pulsa para verlo más grande, que sé que no vas muy bien de vista)
Entre unas cosas y otras estuviste 6 horas metidito en la terrible jaula con la única compañía de tu Papá Noel sin ojos y la bufandita apolillada por tus fauces de tigre de Bengala.

Llegada a casa:
Somos recibidos por la Malaúva (Bufidos, gruñidos y malos modos, como corresponde a una simple felina ante la visita de un señorón y pacífico Umpa Lumpa- porque a todo esto no dijiste ni MRRRRIIII, ni MMRRUUU ni Miau, ni Ffff en todo el viaje-) Ya te comentaré en otra carta acerca de la Malaúva...

Conclusiones:
-Viajar contigo es una delicia (salvo porque eres mi ruina)
-Estamos en la casita de la sierra hasta el domingo. Pasando la feria de abril en mayo y lejos del arrikitaun, el rebujito y los trajes de flamenca. Supongo que esto explica el carácter huidizo y tristón que llevas sobre tu disfraz los últimos días. Y es que... se te saca de tu tierra y no eres nadie, querido Umpa Lumpitas.

Dulces caricias