martes, 24 de enero de 2012

Quién nos pone la pierna encima...

Querido Umpa Lumpa,

La cantiiiidaaaaaaaaad de cosas que tengo que contarte es inversamente proporcional al tiempo que dispongo para hacerlo. En la fábrica de hipocondríacos se están empeñando  con todas sus ganas en amargarnos la existencia.

Así que me limito a escribirte una brevíiisima nota para que sepas que sí, que te observo, que me doy cuenta de todo. Que soy consciente de tu ñoñismo y de las causas del mismo. Que a muchas de las cosas que han pasado esta semana pasada les hace falta una laaarga explicación. Pero que la explicación, las anécdotas y su largo etcétera llegarán a su tiempo.

Mientras tanto... yo me centro en leer miles de millones de documentos, mezclando ambliopías, con traqueotomías e indicaciones quirúrgicas de afecciones-extrañas-con-nombres-propios-impronunciables.

Y mientras tanto... ¿qué haces tú?

1- Pisarme el teclado del ordenador (así me cuesta un mundo encontrar dónde están las tildes... o los paréntesis, o las interrogaciones...) De modo que si usase ahora mismo las teclas que siempre, te podría saludar de la siguiente manera: ¨hola Umpa Lumpaª, ¨cçomo estças hoy+

¿Qué trunca nuestros planes?
2-Mirar por la ventana de la infravivienda para contar ladrillos (siempre que te dejen) porque hoy... ¡te han truncado los planes! Deberías de poner una reclamación... ¿cómo es posible que no te dejen nunca terminar de contar ladrillos? En fin... a mí también me han fastidiado un poco la mañana... (ahí te dejo las fotos de la causa del percance...)

3-Ñoñear

4-Domir (raro, raro raro...)

5-Armarla... pero no mucho (... pssss, estás en fase depresiva, supongo...)

6-Darle motivos al cachorro de espécimen humano de la casa de al lado para seguir imitando el maullido del gato (mira que te he dicho que no te asomes cuando haga eso... que  si no, no para... pero tú... ERRE... y no, muchas luces no tiene el pobre...) Ahora que se le había pasado la moda de tocar "Titanic" con la flauta me viene con una banda sonora que tengo más que escuchada... "MIAUUUUU, MIAUUUU, MIAAAUUU". Un pesao, Umpitas...

La máquina malvada

Sin más, Umpa. Así de breve es todo... y más que nada para que sepas que me sigo acordando de ti. Quizás, algún día, cuando nos dejen en paz... cuando nos quite la pierna de encima la fábrica de hipocondríacos y las inoportunas "obras" (o lo que sean) que se han instalado en frente de tu ventana, lleguemos a ser... felices
Aunque para entonces, ya la estarás armando de nuevo, y la felicidad plena  reinará sólo bajo tu disfraz.

Hasta...


 ...que pueda.

Dulces caricias




jueves, 12 de enero de 2012

Entre cacerías y condicionamientos...

Querido Umpa Luma,


Zampando carbón


Lo primero que tengo que hacer, es una referencia a la carta anterior. Les dije a los Reyes que estaba muy en desacuerdo con los regalitos que te hicieron y que cotilleasen entre las cartas para que vieran lo malísimamente malo que eres... Cuando lo vieron, quedaron tan sumamente impactados, que te mandaron con carácter de urgencia una bolsa con carbón.
Quise hacerte una foto chula, pero como tú eres así... capaz de burlarte hasta de los Reyes Majos... la instantánea quedó de la manera que observas a la derecha... ¡¡Comiéndote el carbón!! ¿Pero esto qué es? No creo que les haga mucha gracia... la verdad.


Y es que, Umpi, pensaba escribirte yo una "última carta" antes de los grandes males de la fábrica de hipocondríacos en plan "ñoña". Pensaba contarte esas cosas que me gustan de ti (vale, hay alguna sí... pero no te emociones) y todo muy bonito y tal para dejarte con buen sabor de boca en todo el tiempo en que voy a pasar un rato de ti (en cuanto a cartas se refiere).


Peeeeeeeeero, tú no te aguantas las ganas... y todos esos pensamientos positivos que me rondaban la cabeza los hundiste ayer. Así que, no caerá la breva por esta vez y esa carta quedará pendiente para cuando vuelvan a reflotar (si no los hundes de nuevo...)


Y es que Umpitas, ayer, era un día como otro cualquiera. En la fábrica de hipocondríacos nos tiene machados. Ahora nos tienen que hacer las pruebas estas de aptitud, en concreto en una sección de la fábrica que se denomina "Cómo quitarle las ganas de tener un cachorro de espécimen humano hasta a la más dispuesta". Y es que, una ignorante de la vida como yo, pensaba que la patología se evitaba siendo una progenitora joven (<32). Pero... ¡¡oh, qué va!!... todo es malo Umpa. Si no es por ser primípara es por ser multípara. Si es parto vaginal, sus cosas; si es cesárea, se te revienta el útero después. Mi conclusión: lo ideal es un único cachorro, pero que sea el segundo en realidad. Y así nos quitamos de preeclampsias y de historias... 


La cuestión, Umpa Lumpa, es que volvía yo de trabajar en la fábrica, entre los agonías de mis compañeros de trabajo (que son peores que los propios jefecillos, en serio) y había sacado yo un par de filetillos de lomo del congelador (que llevaban ahí como 3 meses... ya era hora... ejem) y los había dejado en su triste soledad en la cocina.

Llego toda feliz... ¿y qué me encuentro? ¿Una suela de zapato en mi habitación?

Y ahora es cuando todo el mundo dice... NOOOOOOOOO

Un par de filetes en todo el medio del cuarto. Con el plástico delicadamente quitado al lado.
Estado de los filetes tras ser rescatados
Ays Umpitas, que yo te lo agradezco mucho, de verdad. Que eres un sol... Pero que el plástico lo sé quitar yo solita (hasta ahí llego..., igual si me pides hacer unas lentejas te digo que "nanai"). Y si lo dejo encima de un plato de la cocina (con la puerta cerrada), será por algo... ¿no crees?

Y es que, como diría mi progenitora... eres la releche en verso (siempre me he preguntado qué es la releche, y no sé si es mejor en prosa o en  verso... pero esa expresión cuadra contigo a la perfección)

Por si no lo sabes, los felinos simplones tienen una especie de instinto cazador (unos más que otros) y les llevan las presas a sus dueños. Se admiten dos teorías con respecto a esta conducta:
-Un premio para sus especímenes humanos favoritos (aunque lo de tener un ratón muerto no suele ser de lo más agradable)
-Una administración de comida al considerar inútiles a los especímenes humanos para la caza. (por lo cual me decanto... por eso de la soberbia felina)

En tus fallidos intentos por imitar a los felinos simplones (que ya te digo yo, que ya tengo bastante con un Umpa Lumpa como para encima tener un Umpa que coge lo malo de todas las especies...), espero que sea la primera opción. 

En cualquier caso, te doy mi enhorabuena. Hace un año cazabas aves de corral, y ahora... ¡¡grandes mamíferos!! Espero no tener que volver a poner cartelitos para que salgan huyendo y sólo puedas ser condenado por homicidio por imprudencia.

Por lo demás, Umpitas, y para completar la carta, debido a que mi ausencia se prolongue más de la cuenta, seguramente, te explicaré una cosita que tenía pendiente:

Cómo condicionar a un Umpa Lumpa
Y es que, sin que te hayas dado cuenta, he elaborado una estrategia para que buscarte no suponga una odisea. Basta con dar dos palmadas mágicas y asociarlo a unas barritas del mercadona.
Lamento que el vídeo sea breve (se acabó la batería...) y que no puedas observar lo desquiciado que te vuelves por alcanzar un mísero trocito. 

Estabas en el balcón, y no pude hacerlo muy fuerte porque sólo tengo dos manos. Si no, seguro que habrías aparecido antes.

El enanito de dos metros y yo, tu querida tutora legal, para seguir con los experimentos, decidimos ver si entrabas en psicosis y hacerte elegir: o jugar con una pelota saltarina o barrita del Mercadona... 

El pronóstico era un fifty-fifty, pero tú pareciste tenerlo bastante claro... Por encima de todo, incluso de las barritas del Mercadona... está ¡¡¡ el movimiento!!! Así que, relájate un poco, plisss. (Si tengo que decir la verdad, no sé por qué dudábamos, ya vi que no hacías ni pizquita de caso a las palmaditas cuando decidiste hacer la excursión a casa de "Fernando")

Dulces caricias

viernes, 6 de enero de 2012

CARBÓN... es lo que te hace falta...

Querido Umpa Lumpa,

Voy a escribir la última carta desde la casita de la sierra. El domingo volvemos a tu tierra natal. Y seré bastante breve. Ya sé que te debo anécdotas.

Aún así, te advierto: la máxima producción de la fábrica de hipocondríacos va a durar más de un mes... así que seguramente voy a tardar bastante en escribirte cartas. ¡¡Por favor, pórtate bien!!
Y es que, estoy hasta las mismísimas glándulas suprarrenales de la fábrica de hipocondríacos y las felices ocurrencias de los jefecillos así como de ver tu estampa "pseudomaulladora" .

La estancia navideña en la casita de la sierra se puede resumir como: pesadilla... 
Por ti, Umpitas, especialmente. 
Las opiniones de los cohabitantes de la casita coinciden:

Progenitora: entra en bipolaridad cuando te ve. Por una parte le pareces monísimo, guapísimo (porque encima, lo eres...), simpatiquísimo, graciosísimo. Por otra parte... UN PESAO, plasta...

Progenitor: (ignorando que eres un Umpa Lumpa y dejándose guiar por tu disfraz) pregunta hoy: "Oye, ¿tu gato es siempre así?" (y ese "así", créeme que no era por nada bueno)


Hermano D.: en realidad le molas. Porque eres un bicho gracioso, que corre feliz y pega bricnos graciosos y hace cosas raras. Lo que no le gusta es lo huidizo que eres y sobre todo... ¡¡adivina!! ¡¡¡LO PESADÍSIMO, que eres!!! (y es que Umpitas, a nadie le gusta despertar a las 8 de la mañana entre pseudomaullidos)

Hermano M.: creo que empieza a odiarte un poco. Como de vez en cuando le metes un bufido... Aún así, son muchas las veces que dice "es tan monoooo" (que nooooo, que es un UMPAAAA)


La Malaúva: te odia profundamente. Está hasta el moño de ti (y no me extraña). Te cebas con ella... Las navidades pasadas, para mí, eras la víctima. Ahora eres claramente el verdugo. Sabes perfectamente que no quiere nada contigo. Intenta huír para no manifestar sus malos pensamientos hacia ti... Y tú vas detrás de ella hasta el infinito y más allá. Yo también te odiaría...

Desde que te castigué sin mininaturaleza te has vuelto todavía más pesado. Maullando sin parar a la puerta. Mi progenitoria se escandaliza cuando digo ¿barbaridades? ultraviolentas como las que siguen (pero en el fondo todo el mundo piensa que es la solución):
-¡¡Algún día te voy a coger y te voy a arrancar la cabeza a mamporros!!
-¡¡Te voy a estampar contra la pared y verás quién la arma ahora!!
-¡¡Te voy a cortar las cuerdas vocales una a una!!


Pero como eres tan guapo al final sólo te zarandeo un poco, te doy un besito y te suelto. La carne es débil y tú sabes vivir del cuento... y de tu disfraz.


Por darte el gusto, hoy he decidido salir contigo a la mininaturaleza: libertad vigilada
Querías que saliera detrás a jugar a torear y las cosas esas que te gustan, pero el frescor matutino serrano no me daba demasiada confianza. Como eres un rebelde sin causa has mirado varias veces hacia el muro que nos separa del resto de vecinos ( sí, al de la derecha...hacia "Fernando") He empezado a temblar.


Se lo comento a mi progenitor y cuando vuelvo a mirar... ya estabas encima del muro.
Y cuando salgo (dos milésimas de segundo después) ¡¡YA TE HABÍAS SALTADO!! 
Pedazo de imbécil... (perdóname que lo diga así... pero es que ¡¡¡cavas tu propia tumba, hijo mío!!! ¿así como quieres que te deje salir? ¡¡¡Ni con vigilancia ni sin ella!!!)


Mientras te mantuvieses en la casa del vecino majo de la derecha, no había problema. Pero el temor a que traspasases fronteras nos ha puesto en alerta máxima a mi progenitor y a mí  (los únicos en pie a esas horas de la mañana)


Así que, teníamos que proceder al rescate:
-Vía legal: puesto que parecía que había ventanas abiertas, llamar al timbre era la mejor opción. Pero no había nadie.
-Vía ilegal: allanamiento de morada, pero sin las complicaciones del verano pasado (no haría falta saltar la valla de noche y con una linterna en la boca)
Nos lo echamos a suertes y le toca ser a mi progenitor, en su avanzado estado de descomposición, quien salte.


Salta (crujido de rodilla)
Te asustas (¿por el crujido de la rodilla?)
Corres.
Saltas la valla de nuevo hacia la casita de la sierra.


Fin de la historia. Y todo esto, en la mañana del día de los Reyes Majos.


En la carta a los Reyes Majos, les había comentado acerca de tus maldades y de lo poco conveniente que era un refuerzo positivo en estos momentos de tu vida. Les había pedido carbón... Pero ¡qué va!, casi eres el que tiene más regalos... Van a empezarme a caer mal a mí los personajes estos...


Por cierto, que los Reyes también le han dejado unos pequeños regailitos a Galia. Que al contrario que tú, es un auténtico amor. Se nota que es una felina simplona en plena edad simpaticona. Si no lo crees... echa un vistazo...



Sin más... me despido... hasta la próxima.



Dulces caricias y feliz viaje con... Renfe... (disfrútalo, igual es la última vez que contratamos sus servicios)


PD: Sin cable de cámara no puedo poner fotos actualizadas, así que dejo una de hace algún mes.


PD2: Siento que esta carta sea tan precipitada...