jueves, 4 de junio de 2015

Nueva mudanza: ¡¡montados en el dólar!!

Querido Umpa Lumpa:

La verdad es que esto de convertirme en una hipocondríaca titulada ( y de las que ejerce, no de las que estudia para el MIR) no está resultando tan sencillo como cabría esperar. Creo que en la fábria de hipocondríacos tenía demasiado idealizado este momento. 

Es época de cambios... y no solo me está costando esa modificación en el modo de vida (madrugar para estudiar vs madrugar para cobrar trabajar) Te recuerdo que además hemos tenido que mudarnos (ooooootra vez). Que hemos abandonado tu ciudad natal para irnos a ciiieeeentos de km. Y que eso de ejecutar una mudanza doble de esta envergadura está siendo una locura. De momento, aún estamos a la espera de que llegue Charlie para destrozarnos alegrarnos la vida. 



Mientras tanto, me veo en la obligación de mencionarte algunos aspectos de nuestras nuevas circunstancias. Y es que Umpa... cualquiera diría que nos hemos montado en el dólar...   Nada más lejos de la realidad... Espero el primer sueldo como agua de mayo y sobrevivo a base de ensaladas y pizzas recalentadas. Pero oye, en aparentar, ahora mismo, no nos gana nadie. 

Hemos pasado de vivir en...


Momento mesa-camilla
 .. Una casita de un barrio obrero, periférico, con su mesa camilla, cortinas horrorosas, fruteros y pescaderos vendiendo "a domicilio", viejas publicando su vida a voces y maravillosas vistas a una calle estrechísima, de sentido único, donde tú y Charlie os pasabais las horas muertas contando coches (a un ritmo de un coche por hora)

A vivir en...

... ¡¡Un décimo piso!! Con muebles "apañaetes" (incluso pijos), cuatro ascensores, portero de presencia, aire acondicionado que circula por todas las habitaciones, calefacción, y fenomenales vistas al final de una autovía que desemboca en una gran avenida con 3 carriles por sentido, más carriles "de servicio" y donde os va a ser imposible contar el incesante flujo de coches por segundo. 

¿Cómo te quedas? A mí no te creas que me hace mucha gracia. Que el piso por dentro tiene su encanto... no digo yo que no... Y que nos hemos tenido que conformar con esto porque ya he visto que en las inmobiliarias trabaja gente un tanto oscura que se creen que aún vivimos en un boom y se permiten el lujo de tratarnos como el culo y cobrar por ello. Y por ahí no. ¡¡Antes pijos que manipulados!!

Todo esto viene, Umpa, a que los vecinos me miran un poco "mal". Que no están acostumbrados a bajar ellos solitos la basura, ni a ver a gente desepeinada y sudorosa subiendo cajas... ¡¡Dónde quedaron aquellos tiempos en los que salía en pijama a la calle a charlar con mi súper casera!! ¡¡Aquí me da yuyu hasta ir en pijama por la casa!!
Que aquí, quien gasta un Mercedes es un pobretón.. que si no sales del garaje con un Jaguar o aparcas con estilo tu Porsche, no eres nadie... (¡¡¡y yo que solo aspiraba a comprarme algún día (cuando cobre)  una bici de segunda mano!!! ¡¡¡A ver quién es la lista que la mete en el ascensor!!! )

Umpitillas... si yo ya me estoy jugando a pulso ser la vecina apestada, digamos que tú tampoco es que estés contribuyendo demasiado a darme buena fama. La primera noche te pusiste a maullar como un descosido a las 5 de la mañana... La segunda... ¡¡¡A las 4!!! Y así... sin parar durante horas... A puntito estuve de arrepentirme de haber puesto las vallas antisuicidio y lanzarte desde el décimo piso a ver si de tanto hincharte a tocar las narices salían fuegos artificiales en el impacto. Pero me contuve (y me debes una)

 Porque no es ya que una no duerma... (así es la vida con un Umpa Lumpa) es  que sabiendo el tipo de calaña que tengo por vecinos, el enanito de dos metros tuvo a bien destrozarme la semana con una de sus frases lapidarias en los momentos más indicados:


¡¡¡ TE VAN A ECHAR !!!

Afortunadamente... dos semanas después, ya solo maúllas a las 7 de la mañana. Y esas horas... mis bostezos casi suenan más fuerte.

Veremos cómo se las apaña aquí el Charlito...


En tu tierra natal. Casa-pueblo en calle de 1 coche/hora

De momento... de aquella casucha, la de la mesa camilla en la que vivimos año y medio... echo de menos hasta el sonido rítmico que imprimían sobre la puerta de los vecinos de al lado... Sí... ¡¡la de los traficantes de droga de poca monta!! 
Ya ves tú las vueltas que da la vida...


Dulces caricias

PD: Siento no poder poner fotos actualizadas... pero no tengo ni cable para pasar fotos desde el caca-móvil, ni tengo aquí la cámara de fotos... así que pongo fotos de aquellos maravillosos años en la casita de la mesa-camilla. En tu tierra natal.