lunes, 27 de junio de 2011

Creando un microclima donde sobrevivir y muchas cosas más

Querido Umpa Lumpa,

Estoy completamente destrozada. Ya sé que hace un montón que no nos comunicamos, pero ya sabes el palizón que nos están dando en la fábrica de hipocondríacos. Que nada, que estamos en temporada alta y que en nuestra progresión hacia la hipocondría tenemos que pasar por esto y punto.

Y no Umpitas, no... no es fácil ponerse a leer documentos y más documentos  con estas temperaturas suereñas que se cuecen por tu tierra. No, señorito. Volvimos al exilio, esta vez de forma voluntaria (y casi hasta le hemos cogido cariño a estas cuatro paredes) y abandonando de forma dramáticamente definitiva a nuestras especímenes humanas cohabitantes del 4º A. Aunque mucho de menos no creo que nos echen. 

En esta ocasión, no te encuentras solo en el zulo, porque casi sales más tú que yo. Pero como nosotros somos pura revolución y vanguardia, queridísimo Umpa, hemos creado nuestro propio microclima:
-Dos ventiladores enfrentados, que provocan un efecto a lo Uracán Katrina sobre mis cientos de miles de documentos  
- Un bikini nuevo del Decathlon (lo siento, a ti intenté quitarte el disfraz de Umpa Lumpa, pero con ese pudor que gastas, no te has dejado...)
-Y una tienda de campaña para dormir en el balcón (te dejo una foto... vale, no es de una tremenda calidad, pero es que la cámara del ordenador no da para más)


Ays, y es que la tienda de campaña nos ha cambiado la vida Umpitas. Es cierto que para salir al balcón tengo que saltar previamente por una ventana, algo no muy recomendable a las 7 de la mañana, pero oye, supuestamente aún mantengo algo de alegre juventud (sí, vale, me he caído una vez, pero sólo lo has visto tú)


Votos a favor del microclima:
-La sensación térmica del zulo ha bajado considerablemente y dormimos relativamente fresquitos.


Votos en contra:
-Te gusta demasiado a ti el cachondeo del camping y lo de lanzarte continuamente por todas las paredes de la tienda (con tus garras de tigre de Bengala previamente afiladas, of course) lo que hace que me cueste conciliar el sueño...
- Y sí, el destrocito por tu parte no podía faltar: te has cargado mi bikini nuevo.
Y es que, entre lo del carro ruinoso de hoy del Carrefour; mi "look exámenes";  lo mucho que nos han enseñado en la fábrica de hipocondríacos sobre el consumo de drogas con todos sus nombres y posibles mezclas ; y que mi bikini nuevo ha pasado a tener todos sus cordones corroídos (y algunas partes han desaparecido misteriosamente), me siento una yonki-kinki de los pies a la cabeza. 


Te has propuesto terminar con todas las vestimentas útiles que dispongo. Ya espécimen R. se encargó de recordarme que también habías destrozado mi chaqueta favorita. Perdón,... mi única chaqueta. 

No quiero echarte más cosas en cara, querido Umpa Lumpitas, sólo contarte la última de la fábrica de hipocondríacos... que tiene gracia y todo:

*Hoy, en uno de los reconocimientos que nos hacen para ver si podemos ascender, a los trabajadores de mi sección (grupo C, nos llaman... ya ves tú), como somos unos apestados, y todos presentábamos una gangrena gaseosa en cada pierna capaz de provocar un shock séptico a cualquiera con solo mirarnos, nos han impedido la entrada. Que no había sitio para nosotros. Que nos fuésemos (A LA CALLE, UMPA... 40ºC... ¿entiendes?) que dábamos mucha guerra y molestábamos al resto de sectores de la fábrica que no son tan apestados como nosotros. Total, al final nos han hecho la dichosa pruebecita (horrorosa, para más inri) una hora más tarde de lo que correspondía. ¿Disculpas por falta de previsión? Oh,no Umpitas... que ellos tienen el título de hipocondríacos desde hace muchísimos años y nosotros no somos más que unos inocentes aspirantes.


En fin, querido Umpalumpístico, me despido hasta más ver... que todavía nos queda una semanita de encierro.


Dulces y sudorosas caricias


PD: un agradecimiento al enanito de dos metros. Que además de cargarse su bici al intentar resolver un pequeño detalle, sabe hacer más cosas: unas patatas asadas con queso riquísimas que nos comimos entre tú y yo

lunes, 6 de junio de 2011

La manchita de café y algunas cosas más...

Querido Umpa Lumpa, 


Esto de la fábrica de hipocondríacos me está trayendo por la calle de la amargura. Y creo que me estoy haciendo mayor, porque esa frase es típica de mi progenitora... 
La cosa es que me da a mí que voy a tardar bastante tiempo en escribirte la próxima carta, porque esta vez se han pasado. Lo que no pueden pretender los jefecillos es que en 7 pruebas tontas tenga que demostrar lo hipocondríaca que me he vuelto en todo el año. Me parece que he demostrado claramente que es así, pero... En fin, todo sea por el ascenso.


La cuestión de ahora, Umpitas, es que aunque se presenten 100 situaciones de emergencia seguidas, yo estoy de lo más tranquila, quién me lo iba a decir a mí hace unos días. Ni protocolo, ni simulacros ni nada... Esto se nos da mucho mejor de lo que pensaba. Y es que, aunque la información te llegue a cuentagotas, supongo que has empezado a darte cuenta de que nos vamos del 4ºA. Sí, Umpitas... nos vamos para no volver, no te creas que no me da pena. Así que una panda de candidatas a  habitar el 4ºA han venido a darse un paseo a ver si les agrada.


Sí sí..., de repente. El primer día, 3 especímenes humanas (un tanto ordinarias, por cierto) vinieron sin avisar y tuvimos que acicalar el 4ºA en 5 minutos. Vamos, que hacer que una pocilga parezca un 4ºA a secas en tan poco tiempo, era un auténtico reto. 
R. gritaba (literalmente...), L. se quedó paralizada y decía: "no puede ser... es que así no puede ser..." E. se puso en acción tratando de meter bajo la cama todo lo que poblaba el suelo de su cuarto...
Yo me fui a buscar a las ordinarias, que no encontraban la calle... ¿y tú? Tú sí que tienes clarísimo el protocolo, Umpitas. En cuanto oyes gritos te metes en tu escondite y de ahí no sales hasta que no se te dé permiso. Ni casa de ricitos de oro ni nada...


Las sucesivas visitas de especímenes se desarrollaron de forma similar. Yo pisaba las pelusas disimuladamente y las iba desplazando para que no se vieran mucho,  te azuzaba un poco si querías salir antes de tiempo de tu escondite, poníamos todas grandes sonrisas de felicidad y de orden absoluto... en fin, que nos hemos convertido en unas auténticas expertas y al final casi eres tú el que mejor se ha portado.


Bueno, buen comportamiento... en lo que te interesa, vamos.
Hoy has vuelto de cacería... Sí, sí. Las moscas no son presa suficiente para un Umpa Lumpa perteneciente a la más alta nobleza. A ti te van los organismos más complejos. Y claro, el pollo crudo de E., en un despiste, se ha dejado engatusar por tus colmillazos. Sin complejos lo has despellajado (vamos, que te has comido el plástico. Para que luego me vengas con que miento... que lo de comeplásticos es por algo)  y ahí estabas dándote el festín, paseando al pollo por toda la casa.


Y luego.. la imagen graciosa del día.
Querido Umpa, dicen que la curiosidad mató al gato. Pero como tú de gato tienes lo que yo de rubia, lo has cambiado por... la curiosidad manchó al Umpa. No sé qué querías hacer con el rotulador, Umpitas, pero te has manchado justito en una de las partes que más me gustan de tu disfraz. Lo que el enanito de dos metros y yo hemos venido a llamar: la manchita de café.
Ahí te dejo la imagen ampliada... para que veas el ridículo que haces... 


Pórtate bien, Umpitas, que esto es un tostón, ya lo sé...


Y hasta pronto, no sé bien cuándo... quizás una semana, quizás dos, quizás un mes... Pero yo te seguiré queriendo... lo justito.


Dulces caricias

jueves, 2 de junio de 2011

El día en que contribuiste a mi hipocondría

Querido Umpa Lumpa,


El súper-casero sigue sin aparecer, así que el protocolo de actuación frente a la emergencia queda temporalmente aparcado. Seguramente no se pase a vernos hasta que no vayamos a abandonar el 4ºA.


Y es que Umpitas, resulta que en la fábrica de hipocondríacos nos vuelven a dar un período de reflexión para que leamos y pensemos en lo que hemos leído. Y como viene siendo lo habitual, nos harán unas estúpidas pruebas para que cuando llegue el momento podamos demostrar que somos unos hipocondríacos de los pies a la cabeza. Vamos, lo de todos los años.


Lo que no consigo entender, Umpa, es por qué no me dejan saltarme las pruebas... al menos las de este año. Francamente, creo que me estoy convirtiendo en una hipocondríaca de primera, y eso tendría que tener una recompensa... Tú mismo lo has visto, no tengo que aportar más pruebas:


-El otro día, tras una de las múltiples crisis maníacas que te dan (que si ahora corro y salto al sillón y en medio segundo estoy en  la otra punta del pasillo, y vuelvo a correr y te muerdo un pie, y de paso salto a por una mosca que ha pasado por delante...) te paraste en seco. Fijaste tu mirada en mí. Abriste la boca y comenzaste a hacer un jadeo disneico impropio de cualquier estúpido felino. Supuse, por tanto, que también era algo impropio de un Umpa Lumpa. 


Pero no, Umpitas, no. Yo me enfrento a la patología con suma diligencia y frialdad. Así que en ese momento comenzó mi máquina hipocondríaca a funcionar: ¿qué le pasará a mi Umpa Lumpa? ¿Insuficiencia cardíaca? ¿Arritmia?... Vale, la idea de arritmia caló enseguida en mi mente... Y claro, en una milésima de segundo me puse en la peor arritmia que encontré: Ok, taquiarritmia ventricular. Toma ya... vamos que podía irme despidiendo de ti...
En cuestión de eternos segundos y cual heroína de serie típica americana, agarré el fonendoscopio y grité mentalmente: ¡¡Varón (bueno,no exactamente...), 9 meses, fibrilación ventricular inminente!! 
Llegué a ti, te ausculté. Mordiste el fonendoscopio y comprendí que nadie con una fibrilación ventricular tiene ganas de ponerse a morder con todas sus ganas... Y por muy Umpa Lumpa que seas, no vas a ser tú ahora más que nadie...


Por supuesto, en 30 segundos te volvió a dar una crisis maníaca y tú tan tranquilo. Ahora, la que se llevó la taquicardia fui yo. 
¿Es, o no es razón suficiente para que me aprueben por la gorra patología general y me concedan el ascenso?
Pues según los jefecillos de la fábrica, no.


Así que nada, Umpitas, que me toca ponerme a leer documentos toda la tardecita. Y así seguirá siendo hasta dentro de más de un mes...


Traicionándome con L.
Por cierto, querido Umpa Lumpa, quería rectificar sobre la última carta que te había mandado. A través del correo electrónico recibí una confidencia. Resulta que L. sí que es tu espécimen humana preferida. Y que cuando yo no estoy en casa, en un increíble acto de traición, pasas tus ratos con ella. ¡Y HAY PRUEBAS! (a tu derecha tienes una de ellas)
Quizás tu íntima amistad con L. explique algunas características de las que te hablaré en otro momento.


Dulces caricias


PD: Aunque sigue habiendo cosas importantes que contar, prefiero esperar Umpitas... disfruta del tiempo que te queda en el 4ºA.