jueves, 14 de mayo de 2015

Charlie y el intento de homicidio

Querido Umpa Lumpa:

Desde la última carta han pasado cientos de cosas que me han impedido tener siquiera un momento para escribirte...

Resumo los acontecimientos:

Abandonamos el iglú hace más de dos meses... Con pena... mucha... Doña casera se despidió llorando y yo fui sorbiendo mocos todo el camino hasta la casita de la sierra... Y es que Umpitas... el adiós no sabíamos hasta qué punto podía ser definitivo...

... como finalmente lo va a ser.  Así, sin anestesia. Dejamos la ciudad que te vio nacer (a ti y al Charlie... pero el pobre, en su inocencia, no se cosca de nada) y en dos días nos sumimos en ooooootra mudanza. Espero que en el nuevo hogar que nos espera encontréis un sitio de vuestro agrado para hacer la fotosíntesis y esas cosas que os molan.

Y es que Umpa... si lo del MIR era difícil, lo del post-MIR se las trae. Las vacaciones mentales han sido testimoniales... todo ha consistido en preparativos mentales y reales, en kilómetros y kilómetros de norte a sur, de sur a este, de este a oeste... Cuando consiga pisar tierra firme te escribiré con algo más de tranquilidad y cordura (espero)

Charlie en un armario de la casita de la sierra. Pura inocencia
Pero no quería pasar el momento de narrarte el famoso intento de asesinato hacia mi persona... obra de Charlie. Y es que... al pobre felino bizcocho la neurona le funciona los días pares (y dando gracias) ... y así nos ha ido en la casita de la sierra. 

Como habrás podido comprobar en los casi 12 meses que llevamos conviviendo con un felino simplón del calibre de Charlie, lo de la escalada le mola. Pero no es lo suyo. Como progenitora me cuesta admitirlo, pero es un joven sin ningún tipo de talento. No es ni guapo. Pero oye, es simpático y sobre todo feliz...
Eso sí cuando se la haces... ¡¡te la devuelve!!

La noche del fatídico accidente  homicidio en grado de tentativa... acababa yo de llegar de uno de los viajes. Estabais los dos mosqueados. A ti, Umpa, lo del abandono no te mola nada... Pero me haces el vacío un par de días y luego ya nos reconciliamos. Sin embargo, el pobre Charlie con el tema de la adolescencia, lo del control de impuslso como que no va con él, oye.

Así que por la noche... se tomó la justicia por su mano... o por sus patas.

Dormía yo plácidamente de nuevo en mi cama después de una semana. 

Umpa y Charlie viviendo la vida en la casita de la sierra
4:07... lo que parece ser una pesadilla me hace despertar aceleradamente. Lo primero que se me pasa por la cabeza es que mis palpitaciones han provocado en un terremoto... No sé dónde estoy. ¿Qué habitación es?

De pronto caigo en que estoy en la casita de la sierra y en que tengo un felino simplón (y peor aún... ¡¡¡un Umpa!!!). Alguno de los dos ha saltado encima de mí en medio de la noche... ¡¡menuda gracia!!

Pero no... lo que tengo sobre mí no son Umpas... ni felinos simplones.... Empiezo a palpar a mi alrededor y sólo siento el frío del ... ¿¿¿vidrio???

4:08 Enciendo la luz... y veo que mi cama se ha convertido en un segundo en algo parecido a una piscina de bolas infantil... pero cambiado la palabra bolas por ¡¡¡ botellas de coca-cola !!!

Me toco la cabeza pensando en que es un milagro que ninguna se haya precipitado sobre tan noble órgano (¡¡lo que me faltaba!!) Busco alguna brecha inexistente. De pronto siento una punzada en el costado... (mi gen hipocondríaco se activa y ya me imagino la costilla rota perforando la pleura y provocándome un neumotórax a tensión en cuestión de segundos)

El siguiente milagro... es que ¡¡¡¡¡ninguna de las botellas se ha roto!!!!! (y sí... digamos que es lo menos grave... pero forman parte de mi extraña colección y algunas tienen cierto valor) 

4:09 Aparece mi progenitora mientras intento colocar las botellas en la estantería. No se ha roto ninguna... pero el ruido ha sido lo suficientemente fuerte como para interrumpir la cadencia de sus  ronquidos. 
Las botellas de coca cola (en esta imagen colocadas más alejadas de mi cabeza y más pegadas a la pared que el día del intento de homicidio. (Las latas están llenas)

Y le explico la situación, que para mí no tiene ningún tipo de duda: 
1) Es día impar... y a Charlie no le funciona la neurona
2) Está medio cabreado por el abandono
3) Ha escalado a la estantería (no sé bien desde dónde)... justo a la balda que se sitúa sobre mi cabeza
4) Ha pensado en lo definitivo que sería una lluvia de botellas de vidrio
5) No ha habido suerte.... y "solo" me ha despertado y me ha provocado un infarto (¡¡¡y quizás un neumotórax!!!)


Y así fue, Umpa... Tú te quedaste medio acobardado en el armario... no fuera a ser que te cayera a ti la bronca (pero no... las umpadas tienen otro sello... ) 

Y Charlie... me imagino que se quedó un poco decepcionado por la escasa repercusión del ataque... que al final no consiguió ni partirme la costilla.

Prometo escribirte en breve... cuando disponga de internet en el próximo destino. Pero como sigan poniéndonos inconvenientes burocráticos, nos pueden dar las uvas del año que viene...

Lo único claro es que con vosotros... una no gana para disgustos...  

Dulces caricias