Tengo un montón de cosas que contarte (y algunas importantísimas), pero tengo una pereza encima... que hoy te escribo por escribir.
También supongo que te habrás dado cuenta de que hemos dejado atrás el exilio... y aunque aún nos arriesgamos a una visita sorpresa del súper-casero, nosotros somos los súper-valientes y en el 4ºA ya está diseñado el protocolo de actuación frente a la emergencia:
Yo- te meto en el transportín y salgo pintando a casa de ricitos de oro (o a dar vueltas por la calle, si ricitos de oro no está)
R.- Coloca una mantita al sillón que convertiste en pura vanguardia y lleva la silla llena de pelos de disfraz de gato a mi cuarto.
L. y E.- Animan, aplauden y comentan la exitosa jugada en facebook (aunque parezca que no, esto es importante...)
Ays, Umpitas. Yo querría hacer un simulacro para asegurarme de que todo ha quedado claro, pero si no, cuando llegue el momento y todo acabe siendo un desastre mitocondrial, no va a tener la misma gracia...
Y es que Umpitas, aunque aparentas estar tranquilito y achaparraíto por el calor, sigues dejando tu puntillita, para que nadie se olvide de ti. Lo que voy a decir, puede levantar ampollas en el 4ºA, pero oye, es una teoría bien cierta y sólo tú podrías confirmarla (si alguna vez te decides a contestar alguna carta...)
-A R. le tienes miedo (cosa que no es de extrañar... ¿quién no teme a R.?)
-L. intenta acercarse a ti... incluso en tu más tierna infancia te ofreció más de una vez su cuarto como refugio para que no estuvieses solito. Pero no sé, parece que hay algo en ella que te hace desconfiar... y nosotros que pensábamos que sería un comodín.
Umpa Lumpa con E. En su más tierna infancia |
Y aunque el tiempo lo curaría todo , tú no lo desaprovechas, no señorito. Y el otro día, en una de estas que E. se acerca inocentemente (inconsciente de ella) a mi escritorio... desde tu escondite ninja, alargaste tu patita suavente, sacaste tus afiladísimas garras y en un toque suave e invisible, pero mortal: ZAS, agujeraco en la media... echándola a perder para siempre.
Total, Umpitas, que voy a tener que abrir un fondo de ayuda a los damnificados de tus desastres mitocondriales. Sí sí... tú riéte... Verás el día en que te nominemos para abandonar la casa. Igual entonces no te lo pasas tan bien, ¿eh?
En fin, Umpitas, me despido rápido y mal. En la fábrica de hipocondriacos nos van a dar las "vacaciones" esas tan divertidas en las que nos mandan leer y leer documentos para luego hacernos estúpidas pruebas humillantes. Y con este calor que hace en tu tierra, miarma, ni dormir es sencillo.
Dulces y sudorosas caricias