domingo, 20 de septiembre de 2015

La venganza se sirve en plato frío...

Querido Umpa Lumpa:

Pese a que pensábamos que jamás llegaría este momento... la casa okupa fue finalmente des-okupada y volvemos a vivir en paz y armonía simplemente los tres.


Icono de la mafia que habéis montado en la casa okupa...
El motivo de esta misiva es intentar poner las cosas en su sitio de una vez. Desde que compartimos espacio con un felino simplón (Charlie, Bizcochito o como quiera llamarse) nos hemos encontrado con un problema añadido a los cientos de problemas que tú das: LA COMIDA.

Charlie apuntaba maneras desde el día de su captura. Para no aburrirte con ejemplos que conoces de sobra, lo resumiré: cualquier empresa de comida para gatos pierde el tiempo si no me llaman para contratarlo para un anuncio. Charlie es un felino que solo maúlla cuando hay comida en juego, galopa hasta el objetivo y engulle en cuestión de segundos. Desde que convivimos con él, es completamente prescindible que limpie los comederos. Él ya se encarga de darles un buen repaso.



Polillas pegadas en situación
normal...
.
Restos de cadáveres
relamidos e ingeridos
por Charlie
Alguno de los cotillas creerán ver a su felino simplón identificado en esta carta... Pero no, señores... Lo del agujero negro en el estómago de Bizcochito alcanza límites insospechados. Que se dedique a cazar moscas y polillas y se las coma... no es que me parezca bien, pero lo tolero. Que me deje un minuto un armario abierto de la cocina y aproveche la ocasión para... ¿¿¿comerse los cadáveres de las polillas pegadas sobre el anti-polillas??? es otro cantar... (Venga, ahora que alguien intente compararlo con su felino simplón...)

Evidentemente, Umpitas, y como has podido comprobar en tus propias carnes, no se conforma con su comida... Sin tomarse una pausa para respirar, te arrebata el comedero para seguir con tu parte.

Conclusiones:
- Cada día parecías más enclenque
- Charlie se parecía cada vez más a una bola con patas y una cabeza minúscula (una situación dantesca si se le añade que cuando huele comida, apunta con un ojo  a Moscú y con el otro a Buenos Aires. De hecho creo que con esta descripción, me llamarían antes para que participase en la séptima entrega de Chucky, el muñeco diabólico )


Este es el cacharro en cuestión
Se supone que tienen que meter
la pata e ir tirando el pienso.
Y a ver, Umpitas... una cosa es que seas un insoportable y otra que quiera que te quedes con el disfraz de felino sobre los huesos. Así que me lié la manta a la cabeza y me puse a buscar soluciones.
Cuando vi la foto de ese comedero maravilloso (ver imagen de la derecha), con cientos de opiniones favorables y multitud de fotos de felinos simplones haciendo uso de él con suma alegría, no lo dudé. Tenía que ser mío.

Al principio quise que tú también participases, pero recordé los castigos colectivos que aplicaba mi progenitora y pensé que no era del todo justo... Para una cosa en la que no has dado problemas...



Como si de un elemento de tortura se tratase... la venganza no se hizo esperar.

A la madrugada siguiente fui a serviros la correspondiente comida.
Algo frío empapa uno de mis pies descalzos.
Dentro de mi somnolencia se me pasó por la cabeza que hubierais vertido el agua del bebedero ( para no variar)... pero... ¿en medio del salón? Me arranqué una a una las legañas, encendí la luz y ¡¡ZAS!! ¡Sorpresa!... Había ido distribuyendo un vómito de tamaño considerable por todo el salón.  Me planteé si existiría algún tipo de superstición que presagiase buen o mal destino tras pisar semejante fluido. Pero el sueño pudo conmigo.
Como las desgracias nunca vienen solas, por la mañana encontré el plato gordo del pastel (una bola de pelo sobre la mesa junto al ordenador)

En ese momento tuve mis dudas sobre quién de los dos había sido "el graciosillo". Charlie nunca ha vomitado (¡¡¡¡FALTARÍA MÁS!!!! Y si lo hubiera hecho, se lo habría zampado... él no deja que nada comestible se desperdicie en el cubo de la fregona)

Dos días después... la noche anterior a una guardia de esas que tengo que hacer como hipocondríaca (y en la que preciso descanso absoluto), escucho ruidos de vómito. Y para mi sorpresa... Charlie se encontraba paralizado frente a su contenido gástrico.
Por si no fuera poco, a la mañana siguiente, con una prisa tremenda y los nervios de preparar todo para la guardia (ya os contaré la que tengo que liar en la casa okupa cada vez que tengo guardia...) me topo con esto:



Mea culpa... si es que... ¡en qué cabeza cabe dejar una caja de cereales encima de la mesa!

Conste, que el boicot al que me sometéis, no es nuevo, no señores...
Nunca me olvidaré de los múltiples viajes al veterinario que tuve que hacer durante la preparación del MIR para tu queratitis eosinofílica, Umpa Lumpa... Ni la diarrea incoercible que le duró meses a Charlie y que vino a bien cortársele JUSTO la víspera del  MIR... ¡¡Alegría!! (Y no pongo fotos para no herir sensibilidades.. pero tuve que pintar las paredes del iglú, no digo más de hasta dónde llegaba la mierda...)

Pero es que esto ya clama al cielo... y la idea de retirar la barrera antisuicidio del balcón cobra fuerza con cada detallito.
Y es que, Umpa Lumpa, hay algo que Charlie ha copiado de ti: "el don de la oportunidad"... pero vaya, que, pese a la mafia que estáis montando... no me pienso rendir con esto. Aunque no me dejéis dormir cuando salgo de guardia, aunque convirtáis la casa okupa en una gyncana con vómitos y cereales a esquivar, incluso aunque volvierais a la época de queratitis y diarreas... estoy firme en mi campaña de devolverle la forma felina a Charlie. Queda dicho.

Dulces caricias

PD: A los cotillas que hayáis llegado hasta aquí... os informo de que... ¡¡¡esta es la carta número 100!!! Lo que significa que... ¡¡ya no tengo excusa!! En la próxima... ¡¡publicaré un SORTEO!! Estad atentos si no os lo queréis perder = )