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miércoles, 6 de junio de 2012

Historia de una lavadora

Querido Umpa Lumpa,


En la fábrica de hipocondríacos me están poniendo ya la soga al cuello. Sólo tienen que pegar el empujoncito y ¡¡ZAS!!. No te puedes imaginar la de cientos de miles de documentos que tengo pendientes y la de pocas neuronas que me quedan libres... Me paso más tiempo encontrando un huequecito libre entre ellas que en el tiempo que tengo que emplear en leer...
Se están poniendo exigentes estos de la fábrica para reconocerte como hipocondríaco oficial... 


Para lo demás, Umpitas, tampoco son buenos tiempos. 
-Con el tema este del calor incipiente, has reservado habitáculo debajo de mi cama y para que salgas ya no sirven ni las barritas, hijo mío... quién lo iba a decir.
-Con el abandono en nada de la infravivienda...
-Con los planes extraños del verano...


Pero bueno, Umpitas, seguimos sobreviviendo...


... O más o menos.
Porque como viene siendo lo habitual, pese a que alguna otra vez me toca algo... en este caso, ha llegado a la infravivienda...


ta ta ta ta chán...


¡¡LA NUEVA LAVADORA!!


Muy oportuna Umpitas... a menos de un mes del abandono, creo que la vamos a disfrutar una barbaridad...


Claro, que tú con las modernidades no puedes. Llevas las tradiciones al extremo y eso de que nos hayan quitado nuestra lavadora de Cuéntame mucha mucha gracia no se puede decir que te haya hecho. ¡¡Estaría bueno!! Si todavía funcionaba... ¿qué motivo había para cambiarla?
Con esa musiquilla tan agradable con la que acompañaba esas dulces tardes de lectura de cientos de miles de documentos, con esa puertecita que se abría como queriendo saludarnos cuando entrábamos en la cocina...


¡Qué vamos a hacer sin ella! (a parte de lavar la ropa en condiciones..., quiero decir...)


Pero bueno, Umpitas... que no cunda el pánico... he dejado registrado parte de su último lavado, para que cuando no puedas dormir, te lo ponga a modo de nana... (sí, sí... pon el volumen bien alto para escucha el dulce sonido)








Y es que, Umpa Lumpa... no hay nada peor que una lavadora nueva... Ahí, que no hace ni juego con la cocina ni nada. Blanca pura. Categoría A... 
A ti desde luego no te ha convencido. Llevas dos días sin entrar en la cocina, pasas rapidito por delante de la puerta no sea que te vaya a atacar con esos movimientos extraños que hace...


Umpa Lumpa y la lavadora


Nada, que a ti no te venden milongas Umpitas. La lavadora nueva ha pasado a la lista negra de cosas a odiar y temer sin grandes motivos. En las que figuran:

- La Silk-épil : cacharro diabólico donde los haya. Se mueve, hace ruido y tiene luz. ¿Puede haber algo peor? No dejes que la pruebe con tu disfraz encima muerde. Además, a ti lo de los cacharros modernos esos... que nada. Que aquí hay que depilarse con cuchillas de estas antiguas o con una piedra bien afilada, que gastan menos y hacen menos ruido.

- El ventilador: no sé exactamente qué conversación ha tenido el ventilador contigo. El año pasado no te caía mal... Pero este año, a la mínima que se mueve le sueltas una... ¡¡Que vuelvan los abanicos!! A ti estas modernidades...

-La lavadora nueva... ¡¡¡Que vuelvan las de antes!!!


Cualquiera diría, Umpitas, que has nacido en el siglo XXI miarma...

Dulces caricias

PD: La foto es cortesía de espécimen R. =)