lunes, 27 de noviembre de 2017

Apocalipsis en el Ritz, parte I

Querido Umpa Lumpa... y querido Charlie...

Os escribo para que la tarde de este domingo quede reflejada en los próximos siglos y no se muera en mis recuerdos archivados en el apartado de "conviviendo con los parientes de Lucifer".

Una tarde cualquiera en el Ritz
Me preparaba para una salida inminente del Ritz (ok,... es cierto que no tenía prisa, pero el bolso ya lo tenía puesto) cuando, Umpitas, comenzaste a deleitarme con tu voz de tenor. A esa melodía le continuaron movimientos tónicos y a continuación... ¡¡premio!! El primer vómito de la tarde.

En alguna de las múltiples cartas que te he escrito, Umpa Lumpa, hablé de tu afición a vomitar por fascículos. ¡¡¡Y esta ocasión lo merecía!!! Claro que sí...
Parecía que disfrutabas del momento. Te deleitabas en tus arcadas viendo cómo yo me volvía loca por correr a por papel -> buscar tu última entrega en forma de vómito -> limpiar -> más papel -> siguiente entrega -> limpiar... así hasta el infinito.
Mientras tanto, Charlie, le añadía dramatismo al asunto intentando enterrar tus jugos, Umpitillas.

Creíame que estabas a punto de liquidar todo tu contenido gástrico... ¡¡bendita inocencia la mía!!
En ese preciso instante, Charlie decidió hacerte los coros.
Ha sido genial, estupendo, grandioso que Charlie te haya sabido imitar en tan honorable don del vómito por fascículos. Las arcadas sonaban en estéreo.
No daba a basto.
Me dispuse a empapelar el suelo para poder localizar dónde leches estaban vuestros presentes. La verdad es que el color del suelo del Ritz no facilitaba para nada la tarea. Así que, decidisteis ayudarme. Umpa Lumpa, te subiste al sofá y ahí continuó su propósito de culminar la colección de vómitos. Simultáneamente Charlie te subiste a la cama para proceder al mismo fin.

Si no fuera por el riesgo que corría de empaparme con vuestros fluidos, os prometo que me habría tirado al suelo y me habría puesto a llorar y patalear.

Umpa Lumpa, no contento con todo esto, te dirigiste al cuarto de baño (la única estancia hasta el momento sin crbrir) y entre todas las posibilidades de baldosas libres... decidiste vomitar juuuuusto encima de los pantalones que había en el suelo.


Cuando estabais al borde de la deshidratación, finalizasteis vuestro canto gregoriano con algún maullido de lamento y una mirada de satisfacción ante el trabajo bien hecho.

Fin de la historia...

Es algo similar a esto...
Ahora los cotillas se preguntarán (o al menos eso espero) a qué se debe taaaanto vómito por el Ritz.
¿Serán parásitos? ¿Será pelos retenidos?
Nada más lejos de la realidad...
Se trata de unas cositas de estas "rellenas" que venden de múltiples marcas. Algunas dicen estar rellenas de "queso", otras dicen ser para "bolas de pelo"...
La cuestión es que después de haber probado 5 marcas diferentes (a la quinta va la vencida....) me he percatado finalmente de que ni Charlie como felino simplón ni Umpa Lumpa disfrazado, las toleran para nada... No sé yo vuestros felinos simplones que harán con ellas, pero yo las he tirado directamente a la basura.
Y por el bien del ecosistema (habré gastado un rollo de papel de cocina persiguiendo vómitos...) aseguro que ¡¡¡jamás entrarán en el Ritz semejantes productos emetógenos!!!

PD: como comprenderéis, las fotos pertenecen a otros momentos de mayor felicidad. Creo que con relatarlo era suficiente.