lunes, 25 de julio de 2011

Clases de Historia felina

Querido Umpa Lumpa,


Vale, que sí, que para una vez que estoy de vacaciones no es que me esté herniando a escribirte precisamente, Umpitas. Pero es que estoy tan ocupada vagueando, que casi no me queda tiempo para más. 
Y aún así, te habrás dado cuenta de mi ausencia por las mañanas. Y es que, Umpa, un hipocondríaco que lleva la tira de tiempo con el título me comentó que si quería aprender a ser una hipocondríaca de los pies a la cabeza fuera de una fábrica de hipocondríacos, ese era mi lugar. Y ahí estoy, compartiendo mañanas con hipocon-blastos,que son unos hipocondríacos que llevan poco tiempo con el título y les mandan escribir y todas esas cosas. Pero vamos, que me tratan bien y que sarna con gusto... pica, pero menos.


De todos modos, tu adaptación a la casita de la sierra, va a trompicones hijo mío. Mi progenitora te está cogiendo hasta manía de lo adolescente enclaustrado que te has vuelto. Sin embargo, has recuperado tu fuerza y espero que no haya sido a costa de negárselas a Mónika, pero vuelves un poco a las andadas.


Y sin ninguna duda, lo que más te gusta de la casita de la sierra (a parte del sofá del ático) es el mini-jardín. Estás aprendiendo tantas cosas de la mini-naturaleza, que me va a dar hasta penilla cuando tenga que encerrarte de nuevo en nuestro futuro nuevo hogar (aunque aún queda tiempo ya puedes irte haciendo a la idea). 
Umpa Lumpa en el árbol
Hoy mismo, cuando he salido en tu búsqueda cual madre al encuentro de su retoño, me he encontrado con la sorpresa de que... ¡¡te has subido al árbol!!. Ay Umpitas , pero qué alegría hijo mío. Yo que te daba por señorón noble incapaz buscar comida fuera de la del mercadona... y me topo con esta vicisitud (el testimonio gráfico no es muy bueno, pero es que no me has dado tiempo a más, así que, amplía la foto y búscate)


Esto me da pie a contarte una historia de las muchííísimas que tengo pendientes. Y si he esperado tanto, Umpa Lumpitas, es porque quería asegurarme de mi definitiva salida del 4ºA (en previsión del posible linchamiento por parte del vecindario hacia mi persona). La historia felina parece larga, pero créeme, merece la pena. Procedo.


Como ya te he contado otras veces, desde mi más tierna infancia he sido una auténtica niña prodigio pesada con los estúpidos felinos. Sí, esos bichos con los que compartes el disfraz y poco más y que no quieren saber nada de ti (porque reconocen claramente que eres un Umpa Lumpa). Tanto es así, que en mi historia reciente figura un acontecimiento que marcó un antes y un después en todo el entorno vecinal del 4ºA.
La historia absolutamente verídica y con cero de exageración se sitúa en el año 1 a UL (antes de Umpa Lumpa). Por aquella época, un felinillo anaranjado rondaba la calle y en más de una ocasión había comprado comida para nutrir al pobrecillo. Tras mi ausencia durante un fin de semana, el estúpido felino había trepado al árbol más alto que había encontrado en 4 manzanas y maullaba que era un primor. 
Le di una noche de plazo para que bajase, pero era casi tan cobarde como tú.


A la mañana siguiente, una espécimen humana añosa ,me aseguró que llevaba así dos días. Así que yo, tu queridísima tutora legal, me dispuse a hacer una concentración que fue tardíamente secundada. Llamé a mil teléfonos sin demasiada respuesta. Pasaban las horas.
Una cachorra de espécimen humana lejos de amenizarme la tarde con sus palabras, me provocó pesadillas con su voz estridente y su ajetreada vida. La gente preguntaba que de qué iba la concentración y me daban ánimos con mis intenciones de bajar al minino del árbol. Pero a parte de las palmaditas en la espalda... poca ayuda más.


Finalmente, llamé al 112 y se corrió la voz, Umpitas, porque ahí iba apareciendo cada vez más gente. Dos horas más tarde apareció el camión de bomberos. Ahí ya sí que el movimiento 15-M se queda pequeño al lado de eso...Vecinos por las ventanas. Vecinos en la calle. Qué pasa. Que un gato en el árbol. Sí, la chica esa. (y yo miraba para otro lado).


Primero lo intentaron con una escalera sencillota. Nada. Después tenían que meter el camión, así que hubo que esperar a que llegase la policía y la grúa retirasen de uno en uno a más de 10 coches que impedían el paso del camión, con multas incluídas (ahí hubo una clara división vecinal: los incondicionales con la causa y los que me querían linchar) Cuando el camión llegó, empezaba a oscurecer. 
Desde luego, el gato ese tenía un afán de protagonismo tremendo, Umpa Lumpa. Cuando llegaron a él, ante los cientos de miles de espectadores... salió volando. Cayó sobre un coche. Le abolló el techo y salió corriendo ante la atónita mirada del vecindario que ya no sabían si aplaudir o ponerse a llorar.
Al felino simplón no le pasó nada, y creo que otro loco de los gatos del barrio, le rescató ya en suelo firme días más tarde.
Umpa Lumpa escuchando una converación
Pero a mí, Umpa... yo no sabía si teñirme el pelo o que directamente me hiciesen un transplante de cara para que no me reconociesen por la calle. Una semana más tarde todavía seguía siendo el tema de conversación del barrio. 
Más de una vez escuché: "Sí, sí. Mira... esa es la chica del gato"
Y yo, que no sabía  bien si tenía que ponerme a pasar un sombrero para que me echasen dinerillo, si tenía que salir corriendo, o fingir que yo no era de ahí y que era la primera vez que escuchaba esa historia.


FIN


Espero que con esto te des cuenta de que tú eres fruto de ese amor por los estúpidos felinos. 
Aunque tú no seas de esa especie, hay cosas de ti, Umpa Lumpa, que me molan mucho más.


Prometo tardar menos en escribirte la próxima vez.


Dulces caricias


PD: Lamento no poner fotos de la historia felina, pero no las tengo en este ordenador. A falta de eso, pongo fotos tuyas recientes.
PD2: Si dudas de la veracidad de la historia... pregúntale a ricitos de oro, el enanito de dos metros o a espécimen E., que muy lejos no anduvieron de la escenita.
PD3: Acaba de comentarme mi progenitora que le has cogido un gusto tremendo a eso de subir y bajar del árbol. Tendré que grabarte un vídeo para que veas lo bien que se te da.





jueves, 14 de julio de 2011

Vacaciones en la casita de la sierra y el resurgir del 4ºA

Querido Umpa Lumpa, 


Por fin llegaron nuestras ansiadas vacaciones. En realidad podríamos decir que tú vives en unas vacaciones permanentes, pero nunca viene mal cambiar de aires. Lo que no sé es si a ti te ha hecho especial ilusión el cambio. Y es que sí, Umpitas, reconozco que el precio que tienes que pagar es alto y el cambio, lejos de ser paulatino y te lo hemos colado con calzador. Los cambios que han trastornado tu vida y por tanto la mía (tu abrumada tutora legal) se resumen fácilmente en 3 puntos:


1- Viajecito en coche de 8 horas (con parada turística y atasco incluidos en el precio. Un chollo, vamos)
Conclusión: desorientación témporo-espacial, claustrofobia y autofobia (que comparto contigo)


Aburrimiento tras leer una de tus cartas...
2- Cambio ligero de temperatura ( de 40ºC a 12ºC, grado arriba, grado abajo, casi nada Umpitas. Mi hipotálamo entró en shock y posteriormente se puso en huelga de regulación de temperatura. Y creo que al tuyo le pasó algo parecido)
Conclusiones: abandono definitivo de nuestro microclima, incluyendo la selva amazónica que habías montado. Aburrimiento. Ventanas cerradas. Dormir arropados. 


3- De vivir en la especie de tranquilidad del exilio o del 4ºA donde todo eran amores y caratoñas hacia ti, oh mimado Umpa; al pasotismo de la casita de la sierra, donde la única que te hace caso es la Malaúva y es sólo para intimidarte, algo que a ti, por otra parte, te resbala.
Para colmo, esto más que un hogar dulce hogar siempre ha parecido el destino turístico de todo el vecindario y de parte del resto de habitantes de esta ciudad serrana:  Suena el timbre, gente, más gente, ruidos, suena un teléfono, Colombo a todo volumen, suena la otra línea de teléfono, timbre (el otro vecino), más gente, se marchan los primeros, suena un móvil, ladra la perra, bufa la Malaúva, suena de nuevo el timbre y el primer teléfono al mismo tiempo...
Conclusiones: te has abonado a vivir en el ático. Al menor ruido te metes en tu escondite, que te sirve también para ayudar a tu trastornado hipotálamo: debajo de la colcha de un sofá abandonado.
 Hasta que se pasa el jaleíto, que viene a ser entorno a las 23:30.


Un horror, Umpitas, yo te entiendo. 


Ays, Umpa Lumpa... pero todo tiene su lado bueno. Y es que, por increíble que parezca: NO LA HAS ARMADO. No, Umpitas, el miedo que te invade por dentro ha hecho posible que lleves ¡¡¡¡4días!!!! sin nada digno de mención negativa. Creo que es tu récord, Umpitas...  superando al de aquella vez que estabasbajo los efectos de la anestesia.
No estoy segura de si también ha inflúido lo de las fuerzas que le tenías que mandar a Mónika, espero que sí.


La cuestión es que no quepo en mí de la emoción, créeme.


Y es que, Umpa Lumpitas, antes de venir a la casita de la sierra tocó adecentar el 4ºA para que pareciese que por ahí sólo habían pasado 4 especímenes humanas con leves alteraciones psiquiátricas, no fue tarea fácil:


-Reparación de cortinas: la humilde progenitora del enanito de dos metros se tiró 4 días por cortina para hacer que los destrozos sólo pareciesen inocentes enganches.


-Pelos: con eso de que vas renovando el disfraz cuando te place, vas dejando recuerdos tuyos por todas partes. Temo que no fueron exterminados en su totalidad. Aparecieron pelos pegados hasta en los cristales y debajo de las fundas del colchón (prefiero que no intentes explicarme qué pintaban ahí, en serio... en la ignorancia está la felicidad...)


-Sillones:
*el de cuero: sin solución encontrada: colcha de oferta del carrefour bien colocada para disimular
Umpa Lumpa el día que quiso ser "El Zorro"
*el de la Z: la progenitora de espécimen R. le hizo un remiendo espectacular. Junto con una telilla (que intenté adecentar con escaso éxito debido a mi incapacidad para enhebrar una aguja) por encima... perfecto.
(imagen de la derecha... sí si quieres puedes pulsar y ver en grande el destrocito...)


No sé, Umpitas, yo creo que dio el pego ante el súper-casero. Nos despedimos de él para siempre con pena y tristeza. A partir de ahora tocará un casero (que no sabemos si es tan súper) pero al que le hemos comunicado la existencia de un gato. Vale, no le he dicho que eras un Umpa Lumpa, pero créeme, mejor que no lo sepa.



Dulces caricias

sábado, 9 de julio de 2011

Supervivientes

Querido Umpa Lumpa,

Desde que en fábrica de hipocondríacos nos dijeron que se acabaron las "timo-vacaciones", que ya no había más pruebecitas hasta septiembre, he estado todavía más liada.
Ays Umpitas, yo no te lo quería decir muy pronto, pero el adiós al 4ºA es casi inminente... y tú vas a tener que vivirlo en el exilio. 
Te he querido mantener al margen, porque todavía eres un Umpa pequeño y no quiero llantos ni ñoñerías de las tuyas. Pero hablando en plata, el gran cisma que pronto aparecerá en los libros de texto de todos los estudiantes del mundo y de parte del universo se ha gestado en nuestro humilde 4ºA. E. y L. han escogido su triste camino  y R. y tú y yo... el nuestro. Y es que, Umpitas, el ascenso que me han concedido en la fábrica de hipocondríacos hace incompatible cualquier tipo de reconciliación. Ya te hablaré de esto más adelante, que el verano es largo y así lo vas digiriendo.


Por lo demás, Umpa Lumpitas, mis progenitores se han acercado a esta tu tierra, para acompañarnos en el viaje a la casita de la sierra, donde cambiaremos la tienda de campaña por una manta, por lo que me cuentan. Francamente, espero que no nos den el viaje, Umpitas, que tú no sabes cómo son.... que esta gente es de los que para hacer un viaje de Valencia a Cáceres no se les ocurre otra idea que hacer una paradita para ver La Coruña. Y tú, que como perteneciente a la nobleza sólo has viajado en AVE...


Pero bueno, ahora llegamos al punto álgido de la cartita, señorito. 
Creo que los dos estuvimos de acuerdo en que lo de la tienda de campaña era una idea genialísima de la muerte para pasar la noche, pero yo no te pedí efectos especiales ni nada por el estilo  ¿entiendes?.
Sí Umpitas, la experiencia ha sido fascinante, no lo niego. No creo que tengamos nada que envidiar a las situaciones de Supervivientes ¡JA! Y es que, como a ti no te parecía lo suficientemente exótico eso de vivir en una tienda de campaña en un balcón, le has dado tu toque umpalumpístico al asunto.

Recuerdo perfectamente aquella noche en la que aprecié un hilo extraño recorriendo mi espalda seguido, de un mordisco sordo aterrador en la mismísima región donde reposaba mi yugular. Obviamente no podía ser más que... una víbora. Por un segundo quise dejarme mis cuerdas vocales en un grito que escuchasen en medio mundo... pero se me ocurrió abrir los ojos. ¿Y qué vi? Pues a ti con tus fauces de imitación felina y con una cuerda de guitarra que no tengo ni idea de dónde has sacado y que te dedicas a pasearla por donde te place (incluyendo mi espalda)


Eso si no contamos la historia de todas las noches en las que creo que un gran terremoto de fuerza 8 largo, a las 4 AM, derrumba nuestro particular microclima que tanto sudor y lágrimas me ha costado mantener. Tras taquicardias insoportobles, me doy cuenta de que eres tú, que te ha molado lo de saltar encima de la tienda y caer enteramente sobre mí... porque claro, 4 kilos de Umpa no los soporta sin derrumbarse ninguna tienda, hijo mío.

Ays Umpitas, me siento agradecida cada mañana por haber sobrevivido a las noches que has decidido darme.


Ferocidad Umpalumpística
En realidad, querido Umpa, tengo tantas cosas que contarte que necesito cartas y más cartas, pero por hoy vale.

Sin tu permiso (pero tú eres muy sociable y dadivoso) le he prometido a Mónika que le iba a dar la mitad de tus fuerzas. Creo que así ganamos todos, Umpitas. Por un lado pasaré las noches en la civilización y no en la selva en la que las has convertido y por otra parte, creo que ella se avía con esa cantidad de fuerzas. No creo que tenga planes de liarse a mordiscos con todos los trabajadores del spa ni de arrancar de cuajo las cortinas. Y es que, necesita esas fuerzas, porque dentro tiene que volver a nacer y eso también es digno de un programa de Supervivientes.



Las dos somos Glivec-girls y eso es un superpoder que pocos especímenes humanos poseen, así que, quedamos en eso ¿no? ¿Moitié-moitié?


Dulces caricias