Hoy he tenido que volver a ver a las vampiresas y esta vez ha sido terrible. No me han perseguido porque le quisiese mandar de recuerdo el tubito al tipo que tiene desde hace años el título de hipocondríaco. Qué va. Esta vez, si hubiera querido le habría conseguido 5. Parece que estaban con sed de sangre, porque me han formado una extravasación de aúpa.
Vampiresa: ¡Uy! Qué buena vena tienes (y mira con cara de ansia y deseo mi flexura del codo)
Yo: Sí, me lo dicen todas las vampiresas (es cierto)
Y ella se ha puesto a aspirar con tanto afán, que si no es porque te estoy escribiendo a ti, querido Umpitas, preferiría quedarme con mi miembro superior derecho bien paradito.
Por lo demás Umpa Lumpa, sigues más o menos en tu línea. Actualmente tu modus operandi consiste en el mutismo y secretismo absoluto. Sí sí, siempre pones la misma cara cuando pronuncio verdades como puños. No nos damos cuenta de la que has armado hasta que no pasan unos minutos y se oye el ya clásico: ¡¡UMPAAAAA!!
Y es que a R. le has roto el corazón... Primero se lo robaste una y otra vez en cuanto se descuidaba un segundo. Finalmente te cansaste y lo hiciste añicos. ¿Y ahora? ¿Quién le va a curar el corazón partío a R.? Menos mal que su corazón es de los de quita y pon y le podemos comprar uno nuevo.
Nada más que felicitarte por tus progresos y , en honor a mi querida maestra de primaria Doña Eutiquia, ponerte de nota un MUY-REQUETE-BIEN.
Dulces caricias
PD1: Tenemos que recordarle a L. que nos gustan muchos sus particularidades. Y que la queremos mucho (tú a tu manera y yo a la mía... jaja)
PD2: Hoy me voy con el enanito de dos metros. Sus padres le van a comprar un coche y no me fío del color que quiera coger. (Ya sabes, lo único que importa de un coche es el color...)